Libertad, quiero volar, a tu nombre mi cantar eres dulce sensación que me ayudas a caminar,
Ya no sobrevuelan las cortinas del pasado iluminando el jardín de la pena llamada,
La brújula señala claras fronteras del vuelo añorado, dejando atrás la fundida noche del alma,
Los pozos del silencio que se adueñaron de la estampa, cuando vivía ofuscada en el lamento de tu guitarra,
Cuando los sueños mostraban tormentos en vez de esperanzas, en un mundo extasiada grite rompiendo mi calma, ya no estremece la siega que embriagan de ese amor que se vuelve de espaldas,
La noche abrió su manto de raso puliendo su esmalte dorado, la blanca luna su cortesía muestra su alameda
En sinfonías, el azar se hizo magia con destellos engarzados en taberna de copas la melodía soñada,
El azul de la mañana miraba con vuelo esperanzado al compás del bolero las letras descifran el corazón
Enamorado, ya se masca su dulce tacto con el terso dilema la poesía abre las espadas goteando alabastro,
Siento el alivio en mi vida, siento el aroma del amor ya siento la dulce alegría que me brinda el corazón
LA MAGIA:
He aquí soy el ardiente pájaro con labios de mordedura anidando en el presagio de tu pecho,
Voy peregrinando por tu negra piel lentamente hasta el fin, en cuyos ventanales brota el aroma del jazmín,
Donde sale la materia como una vía Láctea, AY, ilumíname al movimiento de tu oscura naturaleza en cuya
Veta nace la niebla diamantina, esos pechos juegan al delirio que alimentan mi agonía,
Soy, el brocal del gozo y el entrañable pergamino que duerme en el esplendor de tus oleos,
AY, el azar en sus mágicos destellos me ofrece una reliquia misteriosa, en su frágil procesión se alza la dulce
Amapola de un paraíso, amarte quiero en carne y verso en el dulce secreto, que ofrece el trueno de tu boca,
El oro gobierna las riendas en luciente amatista ofreciendo tu azucena, haciendo agorero tu labio puro
Es vida para beberlo, derramas el torbellino fuego en vasija que abrasa el alma,
Dame las regiones mas recónditas hasta la instrumental poesía que vibra sobre el vendaban de tu cuerpo,
Eres la trasfiguración encarnada de un jardín poético resucitando el olor universal, para la mística del cuerpo
La esencial sustancia del nácar, que emanan en tus dulces orillas, se incorpora el alba reposando en la crónica de sus victorias,
YEXHUA: continua pero dejarlo así es mejor: