poesias romanticas |
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Se esporaza el alma en la puerta del horno se quema como charco en la
Mirada, tomándolo ya por el alma y entrándolo de nuevo a su armonía, el temblor sus dudas calma, que en franca cortesía de habitar al cuerpo con su espejo, copia en la trama el amor en su reflejo, así la flor del ojo fecundada queda presa, si bien se mira, bien se ve, la belleza cálida, desde el dulce cuerpo, cuerpo que abruma el corazón espectador, todo bello si bien se ve, cabellos, voces, senos, ojos, gestos, sonrisas, y lo que permanecen. cruzadas, irreflexivas blancas pantorrillas, hasta sus lomos de lumbre, azotada por el silencio de su estrella, AY el corazón en limpia transparencia, envuelve en su ventanal, entrega atenciones con su señuelo,
En la savia de mi tiempo, cautivo esta mi cuerpo, pupila del sueño, erige esta imagen. se clavo al cristal, de un espejo de su carne, que en la cárcel del viento, queda invisible sola a mi tiempo, vuela, vuela, y nada en el mar del misterio, sobre nuestras dóciles aguas, que mar el de tu fuente, que ternura extrema, que la vida desborda y evapora, despierta a tu llegada bajo tu planta de leve vello, por la gracia de tu luz, color y miel comestible, como fruta fresca, relumbre la estrella, por dentro y por fuera, seré en ti por el aire, y para El aire y con el aire,
Del agua al agua y por el agua, que si al abrir tus puertas, que nueva estrella. Irrumpe, que tanta luz me ciega, y miro con ojos, con mis labios bebo en la fuente, que silencia tu hora, tus ojos el deseo, que ocuparon mi boca, y los gestos de mis manos, la caricia de haber tocado aquella piel,
El vino que bebí y la alegría existente, como fuego seré en el aire de tu llama, que late en el tiempo, de tu alma, donde mi amor alcanza tus dulces
Piernas, enternecen. Como olas, trasmiten secretos luminosos, para mi ardor. No basta, en la carne de mi sueño, tu carne, verso de amor. Del alma, en mis cuidados, de mis sentidos abrasados, AY imaginativa quimerista, que muestras al que en ti su bien conquista, fabricadora de embelecos, la furia al mar, las llamas al abismo, beber el licor suave olvida el daño Creado, creer que un cielo es un infierno cabe dar la vida, y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probo lo sabe,
AY Solo queda en el agua un roce de silencio, que se olvida en nuestros cuerpos la luz se vino a cuajar por el corazón del deseo, YEXHUA:
Amada tu cuerpo es el aliento dulce del aposento, donde reposan tus delicados labios que nacieron para ser obediencia al deseo,
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