sentimiento a la poesía
  DESEO DE FUEGO
 









La noche fue la frágil flora de fuego como una estrella estremecida por el hilo estelar del fuego,

Tu llanto me enamora son como estrellas llorosas

Bajo la tempestad forman excitación poseída,

Tu piel de canela de llama y fulgor

Fatiga mi alma espada entre la flor

Beso en la frenética obsesión la terrible flor de tu tormenta

Que exhalan tus perversos labios

La boca de mi alma, con versos de amor,

Soy madurez suprema dilato la garganta en el bastidor del lenguaje,

Yo soy el viril tirano erguido con paso firme pongo voz sonora con gozos en los juegos del aliento,

Los besos de mi boca tejen brujerías

En la dulce medida que separa tu rosa roja

Crucifico la felicidad ardiente

Que convierte los sentimientos del cuerpo,

Soy el animal de los profundos placeres, encarcelo la caracola que corre bajo tu piel,




En tu boca existe escondrijo de lascivia

Que yace para dar tormenta a mi hasta

En ardientes pasiones hospedas el cálido vino,

Eres una fiera indomada

Donde encallan mis sentidos y refugias mi alma,

el grandioso vaivén de su taller que armoniza con el ritmo de sus gruesos labios, se balancean firmes sin apresurarse a descargar su trono en riendas de firmeza, sus cabellos ensortijados en sol negro perfecto y pulimentados sus mejillas doradas, reposan en la destreza de mis besos ardiendo,

En el fuego de mi boca tengo el ala de tu mariposa

Como yo deseo temiéndola con luces calientes,

Amor, nuestros cuerpos se usan con destreza intachable

Y es morada segura para nuestro fuego,

Soy quien perfora el corazón en la morada de la felicidad,

Amada mi vida entrego y me mortifico

Siendo victima en el azar de tus arrebatados deseos,

Mi lengua cabalga en los sentidos que calientan

Los gestos tiernos,

Y es sumisión porque tengo dentro de mi boca

Un poema de frescas rosas,

Que a penetrado en mi alma la pasión ardiente

Y en su flor existe la diversión de abrasas bohemias,

yo humedezco las leyes que han de ser revisadas y rectificadas,

quien exhala el quejido y gusta el sabor acre de su sangre hasta ese punto diabólico que fusila los gemidos,

Mi boca es la sombra atada que va a la fiebre del silencio

Y abre un arco iris en la grieta de las baladas. YEXHUA:

Que redoble el corazón suspendido y escurra el zumo en la sed de las bulerias,

Este es el deseoso fuego que se bebe en las distancias amadas

 


 
 
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