Los laberintos del alma señalan significados fronterizos
Donde hay silencios en los intereses vivos
Olores de rezos
Llenos de esperanza quedan el placer
En la distancia desnuda,
El alma toca el cielo en su celeste luz añorada
Abriendo besos de calor y frió en los eternos silencios del alba,
Hoy viste de música su estrella de amor
Su rostro un eclipse de plata
Se lleva el alma la noche
Los cantos de su rosa
Que cubren el lienzo del corazón,
Bordan jirones su auxiliadora alma flotando al verso de paz,
Amada, hoy bebo tus frutales zumos
Que expiran bocetos en el fino velo
Que refrescan brisas llenas de deseos
Y derraman el rojo cauce del cielo,
Hilo lazos al compás de mi fuego en un sable de celos
Y soy llama en el limbo de sus fuegos
Y caigo preso en el néctar de sus pechos,
Hoy su alma reanuda el nacimiento descubriendo su efímero paisaje,
El alba abre a golpes de llama la esperanza
Porque su verso del alma prevalece en su sitio
Nunca rechaza las miradas furtivas
En las fuerzas de la carne
Desnudando el incienso de su intima conciencia
Purifica el poema en la felicidad,
Amor bendeciré el momento tallando el tacto de los deseos
Que bebe el amor en el corazón que habla a la vida,
Tus labios el brillo que adorna la húmeda sinfonía
Esclavizándome en tus labios para alcanzar
El sabroso sabor que anuncia el latido de mi lengua,
Desgarrare las tiernas melodías
Que rompen el llanto besando tu frágil jade en el torbellino silencio de la noche.
Tu cielo amable fue intimo verso con arpa de alma,
Soy ley de un poema en el silencio que derrama la calurosa hoguera de tus versos,
Morderé tus cabellos donde redoblan los llantos a través del puro poema.
Donde se derraman las llamas bailando las balada del infierno,
Mis llamas arrojan el fuego religioso, que exige sacrificios en tu dulce dadiva consumida
A la ilusión de mi lengua, YEXHUA: soy el ocio que besa la reincidencia
En las húmedas experiencias soy culpable porque en mi habita el derecho
De besar lo que beso en el vuelo de tu alma,
Amada, tu alma gobierna los movimientos que lanzan suaves deseos,