he aquí el alimento. que ha de saciar el hambre, de los labios gruesos, es el contacto de mis labios con los tuyos, es el murmullo del anhelo, me inclino ante tu altar olvidando y ante mi no olvido nada, lo absorbo todo para mi y para este tu canto, es la presión es la sensación y el olor de tus cabellos,
que radian. el sol negro, pulido y perfecto en la profundidad remota que refleja la fusión liberada, y otra vez la expansión de lo oculto el aguacero que asombra la luz, de asombrar los fluidos sabios que acoge el bosque,
en el que revela cosas secretas, el ansia mística que extrae fuerzas de la carne, la que rodea a mis propios huesos, como un tizón encendido, el nivel según el cual construyo gozosamente, la lujuria del sexo cuyo velo aparto clasificando la cópula, conozco la amplitud del tiempo, el canto de la extensión creciente,
soy el que camina con la noche tierna y fecundada, invoco el mar que la noche abraza estrechamente, noche magnética contra tu pecho desnudo, que brilla en ti la estrella inmensa, me llamas ebria y desnuda,
voluptuosa aliento fresco te doy mi amor apasionado, creo en la carne y en los apetitos, ver, oír. palpar cada una de las partes y extremos de tu cuerpo es divino por dentro y por fuera, el olor es un aroma exquisito que respiro profundo y convulsivamente, AY, mar de la vida, presta siempre abrirse ha tus caprichos,
soy escultor de las tormentas de tu mar delicada y formo parte de ti, participo en tu flujo y reflujo, la condición enaltezco, soy aquel que declara el vicio, Tu mi sangre rica licor extracto de mi vida, AY, maravilla mística,
la ciencia positiva y exacta nos indican los hechos actuales que nos incitan, humedezco las raíces mezclando en tus ramas de lilas, en el roció lechoso el anhelo crecido a través de mí ser, de mi ser, se agita a través de mi ser,
la corriente de los hilos que unen a los astros de los úteros y de la simiente que penetra, los signos de la vida y de la libertad que te favorecen, en la rebelión del espiral de tu gran sacrificio, en el amor de mi sendero,
YEXHUA: a quien amo, la asciendo a las regiones de la vida; voy titilando en la estrella que guarnece sus dulces secretos;